• mayo 13, 2022

El triángulo del fuego, ¿qué es?

El triángulo del fuego, ¿qué es?

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Cuando hablamos del triángulo del fuego, hacemos mención de la representación gráfica en la que se reflejan los tres elementos imprescindibles para que se genere la combustión. Cada uno de ellos se refleja en cada lado del triángulo. Para que el fuego se produzca, deben darse los tres. Por lo tanto, este triángulo es importante a la hora de extinguir un fuego. Para ello será necesario que desaparezca uno de los tres elementos.

Los tres lados que conforman el triángulo

En nuestro artículo Diferencias entre combustible, comburente y energía de activación ya vimos los elementos necesarios para que se produzca un fuego. Estos elementos son:

  • Combustible. – que puede encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso.
  • Comburente. – este elemento permite que se desarrolle la combustión. De manera habitual se trata de oxígeno.
  • Energía de activación. – sería la energía necesaria para que empiece la combustión. Esta podría ser una corriente eléctrica, una fuente de calor o una chispa.

Como hemos señalado al inicio de este artículo, para acabar con el fuego será necesario eliminar uno de los tres.

Además de esto, también se ha conocido un elemento más que entraría en juego. Sería la reacción en cadena, la cual mantendría la combustión. Esta desprende calor, que se transmite al combustible y lo alimenta. Al añadirse al triángulo, también es posible hablar del tetraedro del fuego.

¿Cómo nos ayuda a prevenir un incendio?

Tener en cuenta el triángulo del fuego puede ayudarnos a prevenir posibles incendios.

Retirando el combustible

La ausencia de combustible hace que el fuego se pare. Esto puede suceder de forma natural, como por ejemplo cuando es consumido por las llamas, o de forma artificial. En este caso podríamos señalar el cortafuegos, cuyo papel es impedir que el fuego pueda llegar hasta el combustible.

Acabando con el fuego

Si no se produce un calor suficiente el fuego no podrá producirse o, en el caso de que ya se haya producido, seguir propagándose. Para conseguir esto, tendríamos que introducir algún compuesto en la combustión que reduzca el calor. Un ejemplo de ello sería el recurso de echar agua a las llamas. Al refrescarlas se reduciría la energía.

Retirando el oxígeno

También hemos señalado de la importancia de la presencia del oxígeno para que se produzca un fuego. Y es que, ante la ausencia de oxígeno, el fuego se ahoga. Por lo tanto, quedaría sofocado. Esta técnica es muy habitual en los incendios que se producen en las cocinas. Si uno de los utensilios de cocina se prende fuego, como puede ser una sartén, lo recomendable es taparlo adecuadamente. De esta manera el oxígeno que se encuentra en el interior se extinguiría y, por lo tanto, el fuego también.

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